viernes, 11 de noviembre de 2011

Pasmo nº 70: Del relativismo moral y sus divertidas alternativas.


Lo siento. He vuelto a leer a mi ultra derechista favorito y esto suele provocar en mi el suficiente "pasmo" para que desborde y acabe en este blog. Si se molestan en leer el enlace verán que su dialéctica en esta última entrada es bastante farragosa. Supongo que justificar ciertas posturas requiere un cierto malabarismo intelectual. No voy a entrar en analizar lo que dice porque confieso que no he llegado a entenderlo del todo. La verdad es que yo no soy muy listo y si lo sumamos a cierto bostezo intelectual que me provoca...

Pero si que hay una cosa que dice uno de sus comentaristas que me gustaría tratar:

"Tolerancia es permitir un mal, pudiendo atajarlo, por prudencia; típicamente por considerar que erradicarlo traerá perores consecuencias. La tolerancia, en principio, es un vicio (permitir el mal), no una virtud. Solo es una virtud relativamente, como ejercicio del cálculo político."

¡¡Hala pues!! ¡¡Ahí queda eso!!

Prefiero la definición de mi admirado Fernando Savater:

"La tolerancia es la disposición cívica a convivir armoniosamente con personas de creencias diferentes y aun opuestas a las nuestras, así como con hábitos sociales o costumbres que no compartimos. La tolerancia no es mera indiferencia sino que implica en muchas ocasiones soportar lo que nos disgusta: por supuesto, ser tolerante no impide formular críticas razonadas ni obliga a silenciar nuestra forma de pensar para no herir a quienes piensan de otro modo[...]"

Savater, mucho más prudente, no habla tan alegremente de bien o mal, sino de creencias diferentes, que no compartimos o incluso que nos disgustan.

Y es que a mi siempre me ha causado "pasmo" e incluso miedito esa gente que enseguida te suelta lo de "lo bueno" y "lo malo" como valores absolutos e indiscutibles. Suelen ser gente muy conservadora (aunque también algunos se autoencuadran en el mal llamado "progresismo" que adolece de una insoportable superioridad moral).

Fíjense que me he echado a la cara incluso conservadores que se han declarado toda la vida ateos (mi "amigo" del Archipiélago duda entre otros) pero que cada vez se muestran más próximos a posturas religiosas. No tienen en cuenta que si no crees en Dios la religión no es en última instancia más que una gran farsa o una mitología con moraleja. Les da igual, apelan incluso a la "autoridad" del Papa, portavoz de ese Dios en el que no creen. Pero es que esta gente necesita normas y principios morales inamovibles e incuestionables. Y nada mejor para ello que leyes emanadas del mismo Dios (el que no creas en ese Dios es lo de menos). Cuando lo de Dios ya canta mucho acuden a eso tan gracioso del "Derecho natural". Yo no soy un experto pero siempre que he oído hablar de esto lo que he leído entre líneas es: "Creo que algo es bueno (o malo), pero como no tengo argumentos para razonarlo digo que es "derecho natural".

A mi, por supuesto, me tratan de "Relativista moral", que es una cosa muy mala. A los que piensan como yo nos acusan de defender el "todo vale", de fomentar el "desarme ideológico de occidente", de propiciar nuestra invasión por parte de otras culturas...

Por lo visto la humanidad tiene una especie de "horror vacui" y si la despojas de un marco moral absoluto, lo sustituirá por otro (más pernicioso y negativo que el "nuestro", claro, que por algo es el nuestro)

Pues, que quieren que les diga, no estoy de acuerdo. Porque yo (aunque relativista) tengo muy claras algunas cosas (aunque ningún ser superior me las haya revelado). Creo en el imperio de la ley y creo en el consenso. Y es que, no nos engañemos, hay valores que damos por absolutos pero que son en realidad fruto de acuerdos humanos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, por ejemplo, que muchos consideran incuestionable, es fruto de un acuerdo, no de una verdad revelada.

Y no es sólo que muchísimos países no la cumplan por motivos más o menos inconfesables, sino que muchísimas personas en el mundo no creen en ella ni la comparten. Muchos sistemas morales no tienen una visión del mundo compatible con esta Declaración que para nosotros es obvia.

¿Son malignos?¿Son "culturas inferiores"? Pues miren ustedes, no lo sé. No soy filósofo, ni teólogo. Lo que tengo claro es que en Occidente imperan unas leyes y unos principios que hemos acordado tras siglos de guerras y conflictos. No sé si son mejores o peores que los de otros sitios, pero sí tengo claro que el que se venga a vivir aquí las tendrá que cumplir.

No me cabe duda de que los padres que practican la ablación de clítoris a sus hijas creen estar haciendo un bien, pero es que me da igual. Las leyes aquí son las que son, y si no les gustan, que se vayan a su casa.

Por supuesto esto implica una rigidez y una coherencia que muchos no creen posible en un "relativista". Por eso muchos defendemos el laicismo. No por odio a la religión católica (ni a ninguna otra), sino porque nuestras "creencias" en un sistema legalista y lógico deben ser fuertes y consecuentes. Algún día, si seguimos así, lo que se impartirá en las escuelas públicas será la religión islámica, los conservadores procatólicos se tirarán de los pelos, pero no tendrán argumentos.

Nuestra creencia es la "verdadera", es "moralmente superior" dirán, y los otros, que serán mayoría, se les reirán en la cara. En cambio si educamos a la gente (a TODOS) en que todas las creencias son iguales BAJO la ley...

En definitiva, el auténtico pensamiento débil es el suyo, por mucho que digan. Porque se basa en algo tan subjetivo, personal e ilógico como las creencias.

2 comentarios:

  1. ¿No hay ocasiones en que se pueda -y aún se deba- ser intolerante?

    Copio: "No me cabe duda de que los padres que practican la ablación de clítoris a sus hijas creen estar haciendo un bien, pero es que me da igual. Las leyes aquí son las que son, y si no les gustan, que se vayan a su casa".


    Y aún podríamos ampliar los ejemplos: terrorismo y otros tipos de delitos igualmente execrables.

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  2. Claro que hay que ser intolerante con muchos comportamientos. El problema quizás es la razón que te lleva a esa intolerancia.

    Puedes ser intolerante para defender un marco de convivencia que protege a los ciudadanos y sus derechos.

    Puedes ser intolerante para defender TU sistema moral, lo que denominan "derecho natural", una "identidad cultural", o preceptos religiosos. Hay diferencia y eso se ve en la práctica. Muchos que son intolerantes con el terrorismo acaban siéndolo con el matrimonio homosexual porque, aunque no amenaza la convivencia, si amenaza su sistema moral, totalmente subjetivo y no basado en la lógica ni en la convivencia sino en factores irracionales.

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