

Como ya habrán apreciado mis (pocos) lectores habituales, los temas referidos al marketing y a la publicicidad me interesan especialmente.
En estas fechas tan entrañables que ya tenemos aquí (y quien lo dude que eche un vistazo a los anuncios de TV), no puedo menos que recordar un tema sobre la publicidad de juguetes que ya hace tiempo me desazona.
Los lectores perspicaces hace ya tiempo que tendrán claro que la publicidad tiene varios modos (argumentos) de llegar a influir en su "target". Algunos argumentos son eminentemente racionales: tu tienes un problema y mi producto te lo va a solucionar así o asá. Bien, correcto, ningún problema.
Otros son claramente emocionales y tratan de hacernos ver cómo un determinado producto va a cambiar nuestra vida, nuestra personalidad, nuestras relaciones,... Nos va a hacer felices vamos.
Entre estos últimos no faltan aquellos que yo llamo "aspiracionales" porque se dirigen no a su público objetivo, sino a quien su público objetivo querría ser. ¿Quién no ha visto anuncios de productos de limpieza protagonizados por "amas de casa" jovencísimas, monísimas, elegantísimas y con unos hijos rubios y con ojos azules?. ¿Son así las amas de casa españolas? ¿Y no saben que no son así? Pues claro que lo saben, no son idiotas, pero en el fondo es así como querrían ser y posiblemente es así como se sienten. La mente humana es complicada.
También hay anuncios de productos de bollería-pastelería dirigidos a niños, que están protagonizados por adolescentes que ya se afeitan. El anunciante sabe que su público objetivo es mucho más joven, pero también sabe que el componente aspiracional, las ganas de ser mayores, en los niños es muy fuerte.
Y así entro ya ¡por fin! en el núcleo de mi exposición. Los niños son prácticamente todo aspiración. La fuerza de los niños está en su potencialidad, no en sus logros, de ahí su enorme imaginación.
Por ello los anuncios de juguetes son promesas de vidas futuras imaginarias. La inmensa mayoría de los juguetes están basados en la vida (más o menos idealizada) de los adultos y, de hecho, los muñecos y muñecas con los que juegan los niños suelen representar a personas adultas o al menos mayores que los niños que juegan con ellos. Los muñecos en forma de bebé no son en realidad una excepción puesto que también proyectan la mente del niño o niña hasta un estadio adulto en el que ya es padre o madre.
Y aquí es donde se encuentran claras diferencias entre los juguetes para niños y para niñas.
El contenido aspiracional de los juguetes para niños (varones) es claramente fantástico, inalcanzable. Abundan los superheroes, los piratas, los alienígenas. Es imposible que los niños alcancen EN NINGUNO DE LOS CASOS ninguno de estos estatus. Los niños lo saben (al menos a partir de ciertas edades bastante tempranas) pero no parece importarles. Excepto casos muy raros diferencian perfectamente la ficción (el juego) de la realidad.
En cambio, a mi me deja atónito comprobar (Hay que ver en que cosas me fijo) que las aspiraciones que se les presentan a las niñas a través de sus juguetes son perfectamente realistas y alcanzables.
Las niñas no vuelan ni salvan el mundo: maquillan o cortan el pelo. Los ídolos de las niñas no son superhéroes ni grandes guerreros, han sido tradicionalmente Barbie, una joven profesional de éxito elegante y preciosa, y actualmente las adolescentes y "supernormales" Bratz (Echenle, échenle un ojo a su web y verán a que me refiero).
Al parecer Barbie era un modelo demasiado lejano para muchas niñas y las Bratz (el pelotazo de estos pasados años) representan simplemente a unas adolescentes obsesionadas por las amigas, la moda y salir de fiestas. Es decir, un futuro cercano y que, desgraciadamente, se convertirá en realidad para la niña en tres o cuatro años.
Pero ¿qué lleva a una niña a jugar a ser algo que podrá ser REALMENTE en tres años? ¿No parece, en principio (desde mi mentalidad masculina) más enriquecedor y divertido para un niño jugar a algo cuanto más fantasioso mejor?
Aparte de esto, traten de contar cuantas veces aparecen las palabras: moda, "fashion", "in", "trendy", ropa, complementos,... en los anuncios para niñas.
Entiendo que los anunciantes ni publicistas no tienen ninguna obligación (salvo quizás la moral) de educar ni influir positivamente en la sociedad, tan sólo buscan ganar dinero. Para ello no se fijan en como la sociedad DEBERÍA ser sino EN CÓMO ES.
¿Y entonces por qué esta diferenciación tan clara entre ambos tipos de anuncios?
- ¿Pese a lo que dicen algunos grupos feministas (no todos) hay clarísimas diferencias psicológicas entre chicos y chicas?.
- ¿Son las chicas menos imaginativas y más pragmáticas y por ello prefieren jugar con juguetes que les muestran futuros "alcanzables"?
- ¿Las grandes jugueteras tienen intereses en el mundo de la moda, cosmética, etc... y ya desde pequeñistas lavan el coco a nuestras niñas para que de mayores sean "fashion victims" y compradoras compulsivas?
No lo sé, pero desde luego el tema, que al final se reduce al famoso "los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus" puede dar para largo.