domingo, 30 de enero de 2011

Pasmo nº 38: El fracaso escolar

Como ya sabrán mis amables lectores, hace un tiempo que ha salido el informe PISA sobre la calidad educativa. Como siempre los resultados españoles no han sido todo lo buenos que cabría desear. He leido algunos comentarios al respecto, alguno de ellos interesante.

En concreto un párrafo me ha llamado la atención:

"...el porcentaje de repetidores en España, más alto que el de otros países con mejores resultados. Esta prueba se hace en 4º de la ESO. En este curso el porcentaje de alumnos que ha repetido uno o varios cursos es del 36%. Habría que plantearse el sentido de las repeticiones. Personalmente, creo que una vez se han adquirido las herramientas más básicas de lectura, escritura y cálculo las repeticiones dejan de tener un efecto positivo en los alumnos."

Este es un viejo debate aunque, creo, un poco tramposo. ¿El hecho de que los alumnos repitan es la causa de su fracaso? ¿O es por culpa del fracaso por lo que los alumnos repiten?
¿Finlandia tiene un mejor sistema educativo porque sus alumnos repiten menos?¿O los finlandeses repiten menos porque tienen mejor sistema educativo?

Sería interesante ir al meollo de la cuestión. A ver si juzgan ustedes que mi hilo argumental es correcto (si no díganmelo).

¿Por qué fracasan los alumnos? Se me ocurren dos razones fundamentales (no digo que no haya más):

1. El alumno no puede.

2. El alumno no quiere.

Me imagino que alumnos del primer caso habrá en todos los paises, sea cual sea su nivel cultural y educativo. Con un adecuado diagnóstico se puede establecer si a estos alumnos les basta con un simple apoyo o bien necesitan un programa educativo diferente. Claro que en estos tiempos de "integración salvaje" (permítanme la expresión) donde cualquier intento de dar un tratamiento específico se ve como una vil exclusión fascista, se pueden dar casos patéticos de alumnos que son forzados en contra de su conveniencia y del más elemental sentido común a permanecer en entornos educativos donde no se puede atender a sus necesidades de forma adecuada.

Pero en fin, con un programa de atención a la diversidad no basado en la corrección política ni el los mundos de Yupi sino en la lógica, el sentido común y sobre todo en el bien del alumno, estos problemas se deberían solventar mal que bien.

En cuanto al segundo caso, es más peliagudo. Siempre ha habido, desde luego, alumnos que no querían estudiar. No se les daba bien, les aburría..., nada extraño al fin y al cabo. Normalmente se les ponía a trabajar y todos tan contentos (ellos los primeros). Evidentemente este problema se ha incrementado con la escolarización obligatoria hasta los 16 años.

Tener a un peazo morlaco de 1,80 y con bigote asistiendo a clase de mates (por decir algo) obligado no deja de ser una experiencia "fascinante" para el propio chaval, para el profesor y para el resto de los compañeros que sí quieren estudiar.

Con un buen programa de diversificación en que desde una edad temprana se atiendan los intereses del alumno, esta tipología de fracaso se debería reducir significativamente. Habría que proporcionarles a los alumnos con intereses más "prácticos" la oportunidad de ir implementando a sus estudios contenidos más orientados a la vida profesional, regulando quizás la vieja figura del "aprendiz".

Pero aún nos queda una tipología interesante, el que no quiere estudiar pero tampoco trabajar. El que no quiere hacer NADA. Sí, los famosos Ni-Ni. Parece mentira pero como las meigas "haberlos haylos". Y permítanme que aquí dude de que este problema sea igual en Finlandia que en España. Tenemos una generación de muchachos desmotivados, mimados y consentidos que están dispuestos a vivir de la sopa boba (y te lo confiesan así, tan panchos) mientras los padres les aguanten. Y los padres les aguantan, vaya, que sí, incapaces de meter en vereda a estos auténticos parásitos que comen, duermen, gastan dinero y, en las aulas, tocan los que no deberían tocar.

No me atrevo a decir las causas de este problema pero tengo el íntimo convencimiento de que en otros paises de Europa no se da en el mismo grado. No sé las causas concretas pero sí que tengo algún pálpito de por donde van los tiros: ¿quizás tenga que ver una clase política cada vez más desprestigiada, corrupta e inculta que no respeta a sus ciudadanos? ¿O quizás una sociedad que da su voto de forma significativa a Carmen de Mairena y que ve masivamente "Gran Hermano" o "Sálvame" con los valores intelectuales y morales que ello comporta?

¿O son estos también efectos de una causa subyacente? No lo sé. Ilumínenme, por favor.

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