jueves, 10 de septiembre de 2009
Pasmo nº 6: El misterio de la lectura
Esta es una de las cuestiones que siempre me ha interesado y que suelo consultar con todo profesor de lengua que incautamente se pone a mi alcance.
Dejando aparte la baja tasa de lectura de España respecto al resto de Europa... ¿Por qué hay personas a las que apasiona la lectura y otras que prácticamente la odian?
Todos los gobiernos y administraciones hacen regularmente campañas y los colegios e institutos están continuamente realizando actividades de animación a la lectura.
Todo parece inútil. Al que le gusta leer lee, y al que no, se diría que no hay forma humana de convencerle.
¿Es una cuestión educacional o genética? ¿de padres lectores salen hijos lectores? ¿Es importante el ejemplo, lo que ven en casa? ¿El ordenador y la TV son enemigos de la lectura? ¿Por qué parece que los chavales leen cada vez menos? ¿o es una percepción falsa?
Son muchas cuestiones sin respuesta.
Yo puedo contar un caso curioso. Tengo dos sobrinos de unos 8 años. Gemelos no idénticos (o mellizos, o como se diga). El chico adora leer, el clásico niño que "devora" todo lo que cae en sus manos. La chica no diré que lo odia pero por propia iniciativa es muy difícil que coja un libro.
En principio la educación recibida es la misma, el ejemplo que ven en casa también ¿¿¿¿????
Yo al final he llegado a la conclusión de que no es una cuestión de gusto, sino de habilidad. La lectura no es más que una habilidad, como jugar al fútbol. Y hay gente a la que, de forma innata, por algún misterio de la genética, se le da mejor que a otras.
La persona que es hábil en esta compleja tarea de juntar letras y palabras, en seguida le encuentra placer. Aprende sin dificultad ni gran agobio a desentrañar las historias ocultas tras esos extraños jeroglíficos y disfruta con ellas porque accede de forma fluida y cómoda.
Mas, ay del poco habilidoso en esto de la "p" con la "a", "pa". Tiene que ponerse a descifrar de forma casi dolorosa cada palabra y no difruta, como el chico poco habilidoso con la pelota no disfruta jugando al fútbol. Esos muchachos a los que se les da mal posiblemente están desde pequeñitos condenados a no ser nunca lectores.
No lo sé, es una teoría como otra cualquiera. ¿Habría forma de solucionar esto?
Pero aún tengo más preguntas: Muchos profesores obligan a sus alumnos a leer libros. ¿Es positiva esta medida o contraproducente? A mi no me hicieron leer ni un solo libro en la escuela y soy un lector casi compulsivo.
Y ya puestos, ¿qué libros se deben hacer leer? ¿es positivo hacer leer a un chaval de 15 años El Quijote? ¿O es mejor que lea Harry Potter o Sandokán aunque literariamente sean muy inferiores?
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Estimado Alejandro:
ResponderEliminarEn el caso de tu sobrino, lo primero es la visita al oculista. Muchas veces tras esas actitudes se encuentran dificultades físicas relativamente fáciles de resolver.
Por cierto, los chicos que juegan mal al futbol normalmente disfrutan como locos dándole patadas al balón y corriendo alocadamente detrás de él. Son los mayores, que tratan de corregirlo de malas manares, o sus iguales, que se mofan de él, los que terminan por retirarlo. Ese crio, y muchísimas veces crías, terminan odiando el balón a partir de lo que siente como un rechazo del grupo (esto se llama argumento recurrente).
Lo dicho vale para el baile, los idiomas,… en suma para destrezas sometidas al escrutinio del grupo. ¿Y la lectura? ¿Está sometida a ese escrutinio?
Posiblemente no del gran grupo, pero sí del grupo más reducido, del familiar o círculo intimo. Las expresiones despectivas del tipo, “¿pero estás leyendo ESO?”, “ahora que no estás haciendo nada, ven a ayudarme”, terminan comiendo la moral de muchos posibles lectores. Pero no es sólo la familia. Han existido grandes campañas, aunque no creo que fuesen orquestadas, de descrédito de la lectura popular: las fotonovelas, los tebeos, que juntaban la información gráfica con la “literaria” (ni yo puedo sustraerme de las comillas), las novelas de Corín Tellado o Stefanía (¿), … Toda una literatura que quizás no tuviese una calidad suficiente para los espíritus críticos, pero que servían para crear un clima de aceptación del hábito, y constituían un caldo de cultivo para grandes lectores… todo eso, nos lo hemos cargado en este país.
Siempre existe un desfase ente lo que se debería leer, ya que informa o forma, y lo que gusta leer, ya que entretiene. Ese desfase tiende a crecer a medida que no se profundiza en la lectura y tenderá a disminuir en el caso contrario. Por tanto mi criterio es aceptar la lectura “facilona” pero atractiva e ir invitando a lecturas más complejas con los años.
Que empiece por Harry, que continúe con Sandokan y posiblemente llegará al Quijote por sí mismo.
Naturalmente, lo que te expongo apresuradamente, es sólo un aspecto de la cuestión que planteas.
Un abrazo. Carlos56.
No quiero pasarme de egocéntrico pero os cuento mi caso para tratar de buscar las respuestas a las preguntas que plantea Alejandro.
ResponderEliminarYo soy un lector casi enfermizo y debo decir que adquirí el hábito gracias a mi madre, quien me lo fue inculcando con mucha perseverancia. Ella posee una cultura muy discreta y lo que en realidad siempre leyó fueron novelas de Corín Tellado y por el estilo. Nada que objetar, al contrario. Mi padre en cambio, jamás pasó del Marca.
Empecé primero con cuentos y tebeos de Mortadelo, más tarde Astérix o Tintin y luego con novelitas de aventuras de esas de "elige tu propia aventura".
Con algo más de conciencia ya me hice yo con las novelas de Julio Verne y Karl May de mi tío... (qué recuerdos!) Y desde ahí sin parar, leyendo cualquier cosa, a menudo lecturas tan extrañas que despiertan el recelo de mi mujer (¿¿Pero qué estás leyendo ahora por Dios???) En resumen: Más o menos el proceso de iniciación a la lectura que explica Carlos56.
Lo que quiero decir es que si no hay alguien que te inculque el hábito de la lectura, difícilmente se ve uno atraído por él. Y ahora menos, con todas las distracciones fáciles y rápidas a las que tienen acceso los chavales.
Pero bueno, eso tampoco sirve para explicar que mis hermanos se mostraran totalmente impermeables a los esfuerzos de mi madre para que leyeran. Sobre todo mi hermano pequeño, porque a mi hermana al menos la rescatamos hace unos años para convertirla en lectora de best-sellers rollo "El Código da Vinci".
Ojo, que mis hermanos tienen más estudios que yo! No tenían difuicultades para juntar la "p" con la "a", vamos. También cabe decir que ellos estudiaron carreras de ciencias, no de letras como yo, no sé si eso tiene algo que ver, supongo que sí.
En cualquier caso, pienso que tiene que ser bueno que los profesores obliguen a los alumnos a leer ese libro que mencionas, para muchos puede que sea el único que lean en su vida, pero a otros les abrirá la puerta de un mundo (quienes leemos lo sabemos) que regala muchas satisfacciones, abre la mente y al mismo tiempo genera muchas dudas sobre tantísimas cosas.
Saludos
Parece que estamos todos de acuerdo en que los lectores suelen comenzar leyendo tebeos y literatura "de baja intensidad".
ResponderEliminarPersonalmente, no conozco a nadie (y no sé si existirá) que se haya aficionado a la lectura leyendo El Quijote o La Odisea. Posiblemente estas obras deban ser el final del camino y no el principio.
Leer grandes obras de la literatura es una gran cosa, pero ¿sirve de algo leerlas obligado, aburrido y sin entenderlas? O más bien al contrario ¿pueden hacer que un muchacho ya no muy predispuesto odie la lectura para siempre?
Por otra parte, al parecer, en las bibliotecas escolares hay tebeos de Mortadelo y hasta de Conan el bárbaro. ¿Es esto una concesión intolerable a la "pseudocultura" pop? ¿Debería ser una biblioteca escolar un "templo del saber" ajeno a estas superficialidades?
Como apunte personal, yo ahora estoy leyendo grandes obras de la literatura juvenil o de evasión que no me lei en su momento porque me sabía el argumento (porque había visto la peli o porque me había leido una versión resumida para jóvenes o incluso en cómic).
ResponderEliminarAcabo de terminar "El conde de Montecristo" y estoy empezando "Ivanhoe".
Seré un anticuado pero el S. XIX (y finales del XVIII) me parece el siglo de la novela por excelencia.
Estimado Alejandro:
ResponderEliminarEn mi anterior intervención dejé pendiente alguna cuestión. Aprovecho la tuya para precisar. De la misma forma que en el aprendizaje de un idioma se suelen mandar una serie de lecturas obligatorias con objeto de aprender estructuras y vocabulario, en la asignatura de lengua y literatura (o como quiera que ahora se llame) se mandan lecturas obligatorias. Por lo tanto, estas no tienen únicamente la finalidad de crear el hábito de la lectura. Esas otras finalidades obligan a tener una evaluación objetiva de esa actividad, lo que conduce a que las lecturas, dentro de un grupo de alumnos, sean sota, caballo y rey.
Sobre aficionarse a la lectura con el Quijote… pues no te extrañe que hubiera alguno. Durante la década de los cincuenta y sesenta, al menos, fue muy utilizada una versión escolar como lectura obligatoria de la que luego se hacían los célebres dictados. Así que todo es posible.
Como esa versión “descafeinada” son realmente gran parte de la literatura juvenil que hemos heredado del siglo XIX. Julio Verne o Walter Scott, publicados en su versión íntegra, fueron en su momento autores que se dirigían a un público muy diferente del adolescente. Supongo que para tus “relecturas” estarás buscando las versiones completas y observarás como la trama y los personajes son más complejos de lo que recordabas.
Respecto a los tebeos y Conan en las bibliotecas… Posiblemente algún bibliotecario purista lo considere una concesión, para mí no. Me explico.
La religión cristiana ofrece un argumentarlo de mitos muy pobre. Sobre todo si eliminamos los evangelios apócrifos, si luego reducimos los papeles de los santos, los demonios, las brujas, … buscando un mensaje evangélico más limpio. Vaya, que se nos convierte en un muermo que no satisface la necesidad de identificar el bien y el mal de una manera clara y nítida en personajes reales o ficticios.
Los caballeros y los dragones; las hadas y las brujas; el vaquero y los indios… han sido referentes en una literatura “de divulgación” que tenían la virtud de asimilar el bien y el mal con determinadas ideas o figuras. Esos referentes tienen caducidad en el tiempo. Nadie pensaría en un arquero de la corte de Luis IX o un capitán del VII de caballería como un paladín actual…
Supongo que conocerás la relación entre “la guerra de los mundos”, versión radiada en 1938, los comics y la preparación del ambiente bélico de la Segunda Guerra Mundial. Creo que ese es el paradigma en el que podemos observar como se actualiza el lenguaje y los referentes para incidir en los viejos mitos.
Esa “literatura”, que para los americanos fue en los años 30 a 50, para nosotros fue algo posterior. La inmensa mayoría de los cincuentones que trabajan en la docencia o en las bibliotecas públicas, saben quién fue Pumby, el Capitán Trueno, el Jabato… o posteriormente el Capitán América, La Patrulla X. Esos tebeos, o comics, fueron en ese momento la referencia infantil o juvenil de esos mitos que todas las generaciones tienen. Si tienes en cuenta que además esos cincuentones son unos nostálgicos irredentos es natural que los tebeos se encuentren en las bibliotecas.
Me volví a enrollar. Un abrazo. Carlos56.
Debo salir en defensa del comic.
ResponderEliminarA veces hay una especie de respeto injustificado a todo escrito impreso sobre papel y cierto desprecio a los "tebeos".
¿Acaso es mejor un libro de Boris Izaguirre que cualquier historieta de Mortadelo?
En países como Francia o Bélgica, el comic (ellos lo llaman Bande Dessinée) es tan respetado como la literatura. Es más, yo diría que ambos están equiparados en cuanto a prestigio artístico. Allí uno puede ver a señores con corbata comprando comics en las muchas tiendas que existen dedicadas en exclusiva a ello, leer en el autobus, en el metro...
Aquí en España se le considera algo así como "cosa de críos". Nosotros siemper así, lejos de Europa en tantas cosas...
Pues sí, en la biblioteca pública tienen ediciones anotadas y con comentarios bibliográficos e históricos, con lo cual me entretienen y contribuyen a mi educació, que buena falta me hace.
ResponderEliminarEn cuanto a los comics, no puedo estar más de acuerdo con Daniel. Yo he difrutado como un enano con la Patrulla X (ahora "X Men") y Spiderman y, por supuesto (todos en pie) con Astérix. Debo confesar con cierta vergüenza, que si sé quien era Vercingetórix o que París es la antigua Lutecia es gracias a estos cómics (la historia nunca ha sido muy fuerte).
Por otra parte hay obras perfectamente dignas de ser leidas por adultos sin ninguna vergüenza, tanto por su belleza estética como por la complejidad de sus tramas o incluso (¿por qué no?) por su altura poético-literaria.
Nombraré sólo algunas de las obras de los, para mi, grandes genios del cómic, Allan Moore y Frank Miller: 300, V de Vendetta, Sin City, Watchmen,...
No sé si Daniel estará de acuerdo o si podrá nombrar algún "imprescindible" más que merezca la pena hojear.
Ah, les he dicho a un par de conocidos, profesores de lengua y literatura, que comenten en este blog. A ver si se animan, seguro que su opinión y experiencia es, cuanto menos, interesante y clarificadora.
Alejandro,
ResponderEliminarPara añadir a tu lista de comics imprescindibles... Hombre, yo tengo debilidad por la serie "Blake y Mortimer", a la que he dedicado algún post como ESTE.
Mi blog, antes de convertirse en un campo de batalla entre los rubytos y el resto de la humanidad, era un sitio donde se hablaba de otras cosas además de política.
Pero hay más: Sin City me parece magistral, también me gusta el Corto Maltés, me jarté de reír con las aventuras de los Freak Brothers de Shelton, también aprendí geografía con Astérix... Sin despreciar ni mucho menos los tebeos de aquí, con especial mención a Sir Tim O´Theo, de Raf. Me parece absolutamente genial.
A lo que no he llegado a pillarle la gracia es a los manga japoneses.
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ResponderEliminarSeñor Taylor:
ResponderEliminarRepito: este NO es un blog de política. Aquí se entra a hacer comentarios sobre las entradas O NO SE ENTRA.
Yo no tengo nada más que hablar con una persona como usted.
Y se tiene problemas con Daniel, soluciónelo en su blog.
Si muestra usted un mínimo de educación y deja de llamar facha a todo el mundo estoy seguro de que no tendrá inconveniente en dejarle comentar.
Si no está dispuesto a hacerlo, le sugiero que vuelva a su propio blog donde no encontrará ningún tipo de discrepancia y estará mucho más tranquilo.
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