miércoles, 23 de diciembre de 2009

Pasmo nº 17: Resucitar tradiciones.


En estos días tan "entrañables" (¡Dios, como me gusta esa expresión!) me asalta (como no) un nuevo pasmo.

En la asociación de vecinos de mi nuevo barrio (un barrio dormitorio de nueva creación poblado de gente joven) anuncaban que iban a celebrar "la tronca de Navidad".

Esto al parecer es (era) una tradición aragonesa consistente en algo así como golpear un tronco tumbado en el suelo del que salen pequeños regalos.

Hace un año lo vi en una plaza pública zaragozana y quedé sorprendido (por no decir pasmado). Esa tradición ancestral y tan "aragonesa" a mi no me sonaba de nada, me resultaba totalmente ajena, y soy nacido en Aragón (con pueblo en el Pirineo y todo). Pues nada, a mi aquello no me sonaba ni había oido hablar de ello en mi vida. Estoy más familiarizado con algunas tradiciones japonesas que con eso de "la Tronca"

¿Seré un "mal aragonés" (sea eso lo que sea)? ¿O quizás es que esa tradición no es tan ancestral ni tan generalizada?

¿Puede ser (mira que soy malpensado) que esa tradición se hiciera de forma muy localizada sólo en ALGUNOS pueblos de Aragón y que ahora nos lo quieran vender como una muestra de la "identidad" aragonesa?

No lo sé, pero se me hace raro que una persona nacida y criada en Aragón (aunque bastante poco "tradicional", con familia en el Pirineo, no conociera una tradición "tan aragonesa" como ahora de repente parece que es.

En todo caso, parece que era una cosa bastante desaparecida, ¿merece la pena "resucitarla"? Si desapareció ¿no sería por algo? ¿merece la pena? No lo sé.

Por supuesto, los que defienden lo de "la tronca" protestan contra el colonialismo yanqui encarnado en Papá Noel o Halloween.

¿Por qué debemos asumir tradiciones ajenas teniendo las nuestras propias (aunque algunas ya perdidas en la noche de los tiempos)?

También alegan (y con toda la razón) que esas tradiciones foráneas nos las han metido a base de películas y publicidad, pero quizás haya más causas para su triunfo:

Simplemente, en mi opinión, no todas las tradiciones son iguales. Papá Noel triunfa sobre los reyes magos (aparte del bombardeo yanqui, claro) porque la fecha en que se celebra es mucho más adecuada y porque su aspecto colorido y bonachón (ho, ho, ho) es mucho más atractivo para los niños que el de los reyes magos. Lo siento, pero yo lo veo así.

Halloween triunfa porque es más divertido disfrazarse e ir a pedir regalos que ir a poner flores al cementerio.

Es mi opinión. Unas tradiciones perviven y otras desaparecen. Unas gustan más que otras, o son más atractivas, cómodas o se adaptan mejor a los tiempos que corren (lo de la tronca quizás tuviera más sentido cuando la gente vivía en el campo y tenían leña en casa).

La pregunta es ¿se deben conservar (aunque sea de forma un poco "forzada") las tradiciones? ¿O se debe dejar que las cosas sigan su evolución "natural" y algunas desaparezcan?

Y más aún; el que algo sea una tradición ¿lo convierte en respetable y digno de conservación?
Ah, y feliz solsticio de invierno a todos. ;)

10 comentarios:

  1. Estimado Alejandro:

    La cuestión es como siempre… ¿y cuanto cuesta eso? ¿y quién lo paga?

    Está claro que si eso corre a cargo de quién pretende resucitar la tradición, exclusivamente de su bolsillo, es un asunto que no me concierne. Otra cosa es que eso lo pague el bolsillo del contribuyente. En ese caso tengo claro que, mientras tengamos las listas de espera que tenemos en los hospitales, ni un duro para esas aficiones (incluyo cualquier tipo de verbena sufragada por las arcas públicas).

    Por lo demás, yo sí creo que es interesante mantener vivas ciertas tradiciones de nuestros ancestros, siempre como una curiosidad de índole cultural y científica (creo que esta opinión ya te la he contado en otras ocasiones), teniendo claro que no debe nunca supeditarse las personas, como individuos, a las tradiciones. Esto es, si no hay personas dispuestas a soportarlas, mejor es darlas por terminadas. Otro criterio para terminar con ciertas tradiciones es su poca adecuación a los momentos que vivimos, por ejemplo la quema de brujas, arrojar cabras desde un campanario, o aquella otra tan entrañable de los Espartanos con los niños no útiles.

    Por lo demás “las nuevas tradiciones”, entre las que junto con las que citas habría que incluir muchos otros tics culturales, tienen la “cualidad” de laminar las diferencias culturales (al menos entre los países occidentales). Personalmente no me cae muy simpático este proceso de creación de una única aldea global, en la que todos nos estamos igualando al más tonto del lugar. Pero posiblemente tenga alguna virtud: Lo que ya no es diferente ya no es extraño ni hostil: ¡hacia la paz global mediante la imbecilidad!

    Y eso, la paz, me lleva a otro motivo para esta intervención: Mis mejores deseos para ti, los tuyos y tus lectores en estas Navidades.

    Un abrazo. Carlos56.

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  2. Hace poco tuve un acalaorado debate en una cena con amigos, cuando el vino ya había corrido bastante, acerca de este asunto. Había dos posturas encontradas:

    Los pro-tradiciones. Un amiguete mío, catalanista y que toca la xeremia (la gaita de aquí) defendía obviamente "lo nuestro" (??) y lo de toda la vida. Otro, en las antípodas ideológicas, coincidía con él alarmado ante la invasión de tradiciones que los extranjeros (unos con la inmigración y otros con Hollywood y el marketing) han traído.

    En el otro bando estábamos los anti-tradiciones. Solo puedo defenderlas si existen argumentos prácticos. De otro modo me parecen hasta ridículas. Me han llegado a llamar reneegado opr no seguir el calendario que marca las fiestas y costumbres. Ahora hago un poco más de caso a la Navidad porque tenemos niños en casa, pero poco más.

    Eso sí, si ya paso de las tradiciones "locales" (especialmente las recusitadas como la del atronca esa que dice Alejandro), imaginad lo que pienso de las importadas. Se las dejo enteritas a los snobs.

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  3. Perdonad la dislexia: Quise decir "tradiciones resucitadas" no recusitadas.

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  4. "Personalmente no me cae muy simpático este proceso de creación de una única aldea global, en la que todos nos estamos igualando al más tonto del lugar. Pero posiblemente tenga alguna virtud: Lo que ya no es diferente ya no es extraño ni hostil: ¡hacia la paz global mediante la imbecilidad!"

    Esto que dice Carlos56 sobre la homogeneización a la que estamos sometidos no es, creo, un asunto baladí. Quizás sea el gran dilema político (o uno de ellos) al que nos hemos de enfrentar en el nuevo siglo.

    Hay quien dice que las ideologías han muerto. Que la izquierda y la derecha se han diluido hasta formar una especie de tecnocracia sin espíritu. Quizás sea cierto. Quizás la gran disyuntiva del S.XXI no sea entre izquierdas y derechas sino entre los que ponen el énfasis en lo que nos une y los que ponen el énfasis en lo que nos diferencia.

    Si prevalecen los primeros iremos hacia la "aldea global" que dice Carlos56: grandes estados, organismos gubernativos supraestatales, cultura y legislaciones similares, grandes principios rectores idénticos,...

    Si, al contrario, son los segundos los que triunfan, iremos hacia un mosaico de paisillos con cientos de idiomas y legislaciones diferentes, celosos de sus tradiciones e "identidades".

    ¿Es esta la gran lucha política del S.XXI?

    ¿Cuál de los dos sistemas es más favorable a la libertad individual? ¿y a la economía y el bienestar de las personas?

    Difíciles cuestiones. Hala ya tenemos debate para la cena de nochebuena.

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  5. En mi modesta opinión, algunas tradiciones merecen todo mi respeto ,en cambio otras tradiciones merecen mi reprobación.

    No comparto la tradición de Papa Noel ,ni de la Navidad en sí con todos sus derivados, aunque la respeto, en cambio merece mi repulsa todas aquellas tradiciones basadas en la tortura animal que tanto arraigo tienen en nuestro país.

    Y recordad todos: Tradición no es sinónimo de cultura.

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  6. Estimado Beethoven:

    Por supuesto completamente de acuerdo. El que algo sea "tradicional" no significa que sea automaticamente positivo. No se porque hay gente que piensa que cuando algo se ha hecho durante mucho tiempo eso ya le da un valor y supone que debe seguir haciendose sin cuestionarlo ni modificarlo.

    En cuanto a lo de que tradicion no es sinonimo de cultura lamento contradecirte aunque entiendo (y comparto) lo que quieres decir. Segun una de las acepciones del DRAE de la palabra cultura, esta significa:"Conjunto de las manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo."

    Es decir, las tradiciones SI forman parte de la cultura de un pueblo. Aunque no son cultura en los otros sentidos de la expresion.

    La cuestion es: ¿Son respetables TODAS las culturas en todos sus aspectos? Yo creo que no.

    Un amigo mio decia: "Las culturas no me merecen respeto, me merecen respeto las personas" (y yo anadiria a los animales en ciertos aspectos).

    Pues eso.

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  7. «La identidad surge en el cementerio de las comunidades».
    Howsbaum.
    Y cuidado, los partidarios de los miniestados tomando como excusa los "hechos diferenciales" son aún más uniformistas y homogeneizadores que los "mundialistas".

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  8. Sí, por supuesto, amigo Fuste. La gran mayoría de los que defienden "la diferencia" la defienden hasta un cierto punto, hasta donde les conviene. A partir de ahí, una vez que se ha respetado SU diferencia, les cuesta mucho respetar la de los demás y buscan una homogeneidad total. En muchos casos atentando incluso contra las libertades individuales del personal.

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  9. Corrijo. Lo que decía Eric Hobsbawm (no Howsbaum, como puse) es:

    «la palabra “comunidad” nunca se ha usado de forma más indiscriminada y vacía que durante las décadas actuales. en que las comuni­dades en sentido sociológico se hicieron DIFÍCILES de ENCONTRAR EN LA VIDA REAL».

    Y añade:

    «Hombres y mujeres buscan grupos a los que puedan pertenecer, de forma cierta y para siempre, en un mundo en que todo lo demás cambia y se desplaza, en el que nada más es seguro».

    La cita que puse el otro día era de Jack Young, quien, comentando lo observado por Hobsbawm, escribió:
    «LA IDENTIDAD SE INVENTA JUSTO CUANDO SE COLAPSA LA COMUNIDAD».

    LA IDENTIDAD BROTA EN el CEMENTERIO de las COMUNIDADES, pero florece gracias a la promesa de resurrección de los muertos.

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  10. Y es cierto. Ocurre que los «defensores de la identidad» resaltan SIEMPRE y en EXCLUSIVA unas «carac­terísticas propias» en detrimento de otras características igualmente propias asentadas en el mismo territorio.
    Los iden­ti­tarios em­po­brecen y amputan pueblos y territorios tra­tando de reducirlos a unas carac­te­rísticas par­ti­culares homogéneas.

    Así se da la paradoja que los llamados a «preservar» una identidad o «hecho diferencial»... SON LOS QUE PONEN MAYOR EMPEÑO en hacer que los demás abandonen sus propias identidades o hechos diferenciales, y se hagan «idénticos» (o se «normalicen», como dicen en Cataluña) a los primeros.

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