sábado, 16 de julio de 2011

Pasmo nº 55: El coste del vandalismo

Mi pasmo de hoy está dedicado a un fenómeno que creo (aunque puede ser que me equivoque) que es muy "typical spanish", o al menos que no se da con la misma intensidad en otros paises del centro/norte europeo.

Me refiero al poco o nulo respeto que tiene una parte significativa de la ciudadanía por los bienes públicos. Las pintadas, la destrucción de mobiliario urbano, el hurto de todo aquello que no esté atornillado firmemente al suelo... son hechos con los que vivimos cotidianamente en este santo pais.

El otro día daba yo un agradable paseo por la orilla del Canal Imperial de Aragón cuando descubrí (con pasmo como no puede ser de otra manera) que en un amplio tramo TODAS las lamparitas que habían colocado al borde del camino estaban destrozadas. Alguien (o "alguienes") se había dedicado a aquel "trabajo" con admirable constancia. ¿Con qué objetivo? ¿Qué beneficios obtiene? Como no sea la propia empresa proveedora de las lámparas la que ha realizado el destrozo para sustituirlas no puedo más que concluir que es obra de un enfermo mental. Pero es que hay muchos de esos enfermos.

Esto, indudablemente, supone un coste que, como decíamos en el post anterior, acabamos pagando todos los ciudadanos. Pero no sólo es el coste de colocar y sustituir innumerables veces todo tipo de adminículos. Es también el coste de no poder disfrutar de montones de servicios porque han sido destruidos o porque ni siquiera se ponen a nuestra disposición por la seguridad de que no van a durar ni un fin de semana.

En Escocia he podido ver, en un escondite de observación de aves, varios prismáticos (y no de los cutres) puestos gratuitamente a disposición de cualquiera que pasara por ahí. Los prismáticos estaban simplemente asegurados por una delgadísima sirga clavada a la pared. Con la mano y un buen tirón se podía arrancar. La gente llegaba, miraba un rato por los prismáticos y los dejaba en su sitio para el siguiente usuario. No había guardias, no había alarmas, no había cámaras de seguridad. ¿se imaginan esto en España? ¿Ha visto alguno de ustedes algo similar?. Si lo han hecho cuéntenmelo, me devolverán algo de fe en este pais.

Pero este fenómeno no sólo se refiere a bienes de titularidad pública. Les sorprendería saber cuantísima gente a la que juzgaríamos "respetable" realiza pequeños hurtos en grandes almacenes y grandes superficies. Esto no es demasiado mal visto por el conjunto de la ciudadanía. Mucha gente lo justifica: "Total ya cuentan con ello, ya lo tienen presupuestado" Pues sí, es cierto, se lo puedo confirmar de primera mano. En todos estos establecimientos existe una previsión presupuestada de "pérdida desconocida" (bonito eufemismo), pero el que esté presupuestado y previsto no quiere decir que no sea un sobrecoste que, evidentemente, se repercute en el precio de los artículos. O sea, que lo que hurtan esos "simpáticos bribonzuelos" lo estamos sufragando los que sí pagamos religiosamente nuestra cuenta del súper.

Pero es que no sólo es eso. El hecho de saber que existe una significativa cantidad de hurtos supone la necesidad de cámaras de vigilancia, guardias de seguridad, etiquetas de alarma, arcos de detección... Todo esto cuesta una barbaridad. Adivinen quién lo paga y recuérdenlo la próxima vez que vean a alguien guárdandose una prenda debajo del abrigo.

Un poco más de civismo supondría una calidad de vida mucho mayor. Como ya dije anteriormente, a veces no se trata de hacer grandes revoluciones colectivas.

miércoles, 13 de julio de 2011

Pasmo nº 54: ¿Sabemos lo que significa "gratuito"?

Ya sé que mis 4 habituales lectores ya tienen claros los conceptos de que voy a hablar, y pido perdón de antemano por tratar temas que parecen obvios. Y digo parecen porque de vez en cuando aparecen en los medios o en determinados foros de internet afirmaciones que me dejan un tanto pasmado. Y ya saben ustedes que todo lo que me pasma tiene muchos números de aparecer por aquí.

El otro día, sin ir más lejos, salían por televisión representantes de algunas organizaciones y ciudadanos particulares protestando porque el nuevo número de información de tráfico ya no es gratuito.

Aparte de que el hecho de que el número fuera gratuito fomentaba que muchas de las llamadas fueran de bromistas que se dedicaban a tomar el pelo a los operadores (!!), ¿entiende la gente qué significa que un servicio sea gratuito?

Que un servicio sea gratuito para los ciudadanos no significa que no tenga un coste para el organismo que lo presta, lo que quiere decir es que ese coste se distribuye entre todos los ciudadanos (vía impuestos) usemos o no ese servicio.

Esto puede ser aceptable e incluso positivo (va en ideologías) en el caso de servicios de primera necesidad y elevado coste (sanidad, educación). El distribuir este coste entre todos, usemos más o menos estos servicios, permite que haya una relativa igualdad de oportunidades y que los más desfavorecidos no caigan en situaciones realmente dramáticas y de exclusión social.

Pero en el caso de servicios utilizados sólo por determinados colectivos y con un coste asequible ¿Es positivo/necesario que los paguemos ENTRE TODOS? Asignar un precio a estos servicios no significa que dejen de ser gratis (que nunca lo han sido) sino que los pagarán solamente los que realmente los usen. ¿Es esto tan negativo? Evidentemente para los usuarios sí porque les toca apoquinar, pero para los demás...

Todo esto parece muy obvio y que todo el mundo lo tiene claro, pero a veces dudo. En tiempos, asistí un debate en un foro de internet acerca de la "gratuidad" del BUHOBUS en Zaragoza. Yo me manifestaba en contra de esa gratuidad ya que el bus nocturno es fundamentalmente usado por juerguistas que vuelven a sus casas de madrugada después de una noche de diversión.

En un momento dado uno de los participantes me preguntó, y casi se podía adivinar el pasmo en su ojos: "Pero, ¿cómo puedes estar en contra de que algo sea ¡¡GRATIS!!?"

Claro, en ese momento o te pones en plan Barrio Sésamo o sueltas un gran suspiro y lo dejas correr.

La próxima vez que salga el tema me limitaré a enlazar esta entrada y eso que me ahorro.

¡¡ECONOMÍA BÁSICA COMO ASIGNATURA OBLIGATORIA YA!!

domingo, 10 de julio de 2011

Pasmo nº 53: Los fallos del capitalismo (o el síndrome de las cuchillas infinitas)

Quienes me conocen saben que no soy precisamente un fan del capitalismo ni del libre mercado. Aunque desde luego no llego a los límites de algunos muchachos del 15-M:

Esos malísimos mercados II

Sin llegar a estos límites revolucionarios si que pienso que el sistema capitalista es un sistema que produce grandes problemas, desajustes e injusticias. Y desde luego el liberalismo sin freno ni control basado en la "bondad" de los mercados me parece un sistema tan utópico e irreal como el comunismo más extremo.

La teoría económica más ortodoxa dice que "Los mercados aseguran la asignación eficiente de los recursos con la información que transmiten los precios". Es decir, se asignan recursos productivos en aquello que la sociedad demanda y necesita, en la cantidad óptima y de la forma más eficiente posible (producir más con los mínimos recursos).

Pues a mi, perdónenme, me resulta difícil creer en este tipo de afirmaciones. Es posible que el libre mercado funcione mejor que otros sistemas que se han probado, pero de ahí a llamar "eficiente" a ciertas cosas...

Imaginen ustedes un mercado, un sector productivo determinado, compuesto de dos empresas. Ya sé que el buen funcionamiento del libre mercado exige un número de empresas virtualmente infinito pero me viene mejor para el ejemplo y además la realidad se acerca más al oligopolio en la mayoría de los sectores que al ideal de la "competencia perfecta". Pues bien, en este sector del que hablo, se ha alcanzado una notable eficiencia. Se fabrica bien y a bajo coste, y el producto ha alcanzado una gran calidad. O sea, que satisface de forma más que correcta las necesidades de los consumidores y, lo más importante, es realmente complejo y costoso realizar mejoras en el producto realmente significativas.

Parecería lógico pensar que estas empresas deberían dedicarse a producir su producto tranquilamente y en todo caso a buscar la expansión en nuevos mercados y productos. Pero esto no es así. En el sistema capitalista existe siempre la presión de la competencia y el teorema (creo que incluso me lo han demostrado alguna vez con formulillas y tal) de que si no creces te acabas hundiendo.

Nuestras dos empresas, A y B, viven en constante tensión, intentándose arrancar cuota de mercado la una a la otra. ¿Y cómo? Lo de bajar precios (que beneficiaría al consumidor) llega un momento que se acaba y además las empresas buscan por todos los medios formas de competir que no están basadas en la guerra de precios: El "confusopolio".

Pues nos quedan pocas alternativas, la publicidad, que en este caso asigna recursos que no benefician al consumidor ni crean valor, o el tratar de mejorar el producto.

Pero ya hemos dicho que nuestro producto es ya muy difícil de mejorar de forma realmente significativa y beneficiosa para el consumidor. O dicho de otro modo, de forma que justifique la asignación de recursos que se emplea en esta mejora.

Y aquí es donde nos encontramos con el gran absurdo. Si la empresa A "pasa" de tratar de mejorar el producto, lo va a hacer la empresa B y se le va a comer cuota de mercado, ya que cualquier mínima mejora (convenientemente publicitada) va a suponer la única diferencia que el público va a percibir entre productos virtualmente idénticos. Y ya tenemos el círculo vicioso o la carrera sin final. Ambas empresas asignarán recursos humanos, económicos, creativos... a realizar mejoras minúsculas en el producto que no cambiarán significativamente su rendimiento pero que serán publicitadas como revolucionarias.

Ejemplos? Hay muchos: Detergentes de todo tipo, pañales, artículos de higiene femenina,... y el que da título a este artículo, las maquinillas de afeitar desechables.

Desde hace mucho tiempo, salen regularmente al mercado nuevos modelos "revolucionarios" de maquinillas cuyo único avance es un incremento en el número de cuchillas. Yo me sigo afeitando con un modelo de tres cuchillas y ya van, creo, por las cinco. En campañas de promoción he probado algunos de los nuevos modelos y no he notado una diferencia significativa en la suavidad de mi afeitado (ni las mujeres se han arrojado a mis pies más de lo habitual). ¿Hasta donde llegaremos? ¿Cuál será el número de cuchillas que garantice "el afeitado perfecto"? ¿Son rentables para la economía y para la sociedad los esfuerzos dedicados a lograr estos "importantes" avances? ¿No se podrían asignar mejor todos estos recursos?

Como siempre, las respuestas se me escapan.

Y aquí alguien que ha llegado a la misma conclusión que yo, y no lo había leido antes de escribir el artículo.

miércoles, 6 de julio de 2011

Pasmo nº 52: La superioridad moral

El escándalo de la SGAE ha supuesto un nuevo golpe para la presunta "superioridad moral" que a menudo exhibe la izquierda (o debería decir la "progresía").

Hace tiempo escribí una entrada en la que ya denunciaba los peligros de la creencia en la propia superioridad moral:

Sectarios

Inspirado por un frase que me pareció, y me sigue pareciendo, brillante:

"Lo específico del sectario no es la confianza ciega en lo que defiende su grupo sino el convencimiento de que las posiciones del adversario están equivocadas poco menos que por definición y son además tremendamente dañinas."

¿Y qué me lleva a tratar de nuevo este tema? Pues simplemente que he encontrado, navegando por esos mundos blogueros, una pequeña joya, un ejemplo de libro de esta forma de pensar. Un jugoso blog presuntamente de una señora que interviene regularmente en los foros de José Blanco, Leire Pajín...

Y digo presuntamente porque a veces me resulta difícil dilucidar si es un personaje real o una simple caricatura creada por un guasón o un submarino de la derecha.

Lean esta última entrada:

¿¿CULTURA DE DERECHAS??

Me ha gustado especialmente una frase:

"Lo que realmente me choca es que representantes del mundo de la cultura no simpaticen y se alineen, de forma automática, con el progreso."

La autora no comprende, obviamente, que lo que ella entiende por progreso puede no serlo para otra persona. No, el progreso es uno, el que defiende su ideología y no hay otra acepción posible.

La izquierda y la derecha, tal como yo lo entiendo, son dos formas de ver el mundo, la política y la economía. Todos de una manera u otra nos sentimos más inclinados hacia un lado o el otro, pero de ahí a pensar que, de forma total e inapelable, mi forma de ver el mundo es la correcta y que todos los que opinen lo contrario son idiotas o malvados...

Pero vean un ejemplo más de esta forma de pensar (de la misma autora):

"Los que pretenden callarnos con datos no pueden contra nosotros, porque nosotros pensamos con el corazón. Nosotros luchamos por el bien, y por eso nunca lograrán pararnos. Nosotros sólo somos una de las partes del Gran Combate de lucha en la historia, entre los que luchan por sus privilegios y los que defienden a los desfavorecidos. Nosotros estamos en el lado bueno. Eso es lo que nos da sentido, y por eso somos indestructibles.
Vamos a ganar. A por ell@s."


Analicen un momento el párrafo. Los datos no valen. Los fríos números e incluso las evidencias más claras son inútiles porque "pensamos con el corazón". ¿Es posible convencer de algo a alguien así? Rotundamente NO.


Me dirán ustedes que éste es un ejemplo aislado, que no es representativo de nada. Espero sinceramente que sea así. Porque si no, es como para tener miedo, mucho miedo.

lunes, 4 de julio de 2011

Pasmo nº 51: Maneras de indignarse

Estos últimos días hay muchos aragoneses indignados. Nos quitan el programa más emblemático de la TV aragonesa: "OREGÓN TV".

Para los que no sean de aquí es un programa de humor satírico sobre la realidad oreg... ,perdón, aragonesa y las actuaciones de sus políticos.


En mi opinión es un gran programa, realizado con gran ingenio y profesionalidad y que no tiene NADA que envidiar a otros más conocidos a nivel nacional como "VAYA SEMANITA" de la ETB.

Por otra parte es un programa con gran audiencia y enorme número de auténticos fans muy activos en internet. Algún episodio ha llegado a tener un 16% de share, lo cual para una TV nacional sería un resultado magnífico y para una TV autonómica como la de Aragón es alucinante.

No sabemos pues porque se ha tomado esta decisión de sacar a la productora LOBOMEDIA del concurso para decidir la programación del año que viene. No han sido razones de baja audiencia y económicas parece que no, pues era un programa rentable ¿entonces?.... No se ha dado ninguna explicación, la gente está muy cabreada y el Facebook bulle de "indignados". Y aquí es donde empieza mi auténtico "pasmo"

Me he encontrado con gente que manifiesta su indignación de muchas maneras, me he encontrado comentarios como:

"Espero que se den cuenta a tiempo de la cagada que estan haciendo la rudi y el biel y os veamos otra vez en septiembre. Entalto Oregon"

De este tono hay unos cuantos, culpando de esta decisión al equipo entrante después de las elecciones. Claro, resulta que Rudi es la ganadora de las últimas elecciones en Aragón, PERO TODAVÍA NO HA FORMADO GOBIERNO ni ha tomado ninguna medida. Esa decisión, por tanto es del gobierno SALIENTE. ¿Con qué intenciones o con qué criterios? No lo sé. Pero de aquí sacamos el primer mandamiento del indignado:

1. Infórmate, entérate de las cosas, para que puedas enfocar tu (justificada) indignación contra los verdaderos culpables.



Muchas veces nos creemos, por afinidad política o criterios poco elaborados que tal o cual decisión es obra de unos o de otros. Cuidado, aunque sólo sea por la cantidad de Administraciones Públicas que tenemos (muchas veces de distinto signo político), es fácil confundirse y creer que una decisión la han tomado "los malos" del Ayuntamiento cuando en realidad la han tomado "los nuestros" desde la CA. Y es fácil que nos dejemos llevar por nuestras filias y fobias y creamos (o queramos creer) que las decisiones políticas que no nos gustan las han tomado "los otros".


Señores, que cada palo aguante su vela y que los políticos se responsabilicen de sus DECISIONES y no de sus promesas ni de una cosa tan difusa como la "ideología". Como dice el refrán: "obras son amores..."


Pero luego está otro grupo de indignados:


"Pues lo cierto es que al menos a mí me la trae al pairo quién es el culpable. Lo importante es que nos hemos quedado sin disfrutar del buen trabajo de esta estupenda gente y eso es imperdonable, sea quien sea el que haya hecho esto... ¡Son todos unos ineptos!"


¡Ya está! Todos son iguales y se acabó. Y como todos son iguales, pues sigo votando a los de siempre, a "los míos", hagan lo que hagan. Total, ¡los otros harían lo mismo o peor...!


O directamente no voto haciéndoles el caldo gordo a los partidos mayoritarios...


¡Pues no señor! Como ciudadanos debemos ejercer la casi única responsabilidad política que tenemos, que es estar vigilantes e informados sobre lo que hacen nuestros representantes (sean de "los nuestros" o de "los otros") y exigirles que nos expliquen qué hacen y porqué lo hacen. Al fin y el cabo es NUESTRO dinero.


Hay formas de participar y de exigir: Las asociaciones cívicas, los recursos judiciales, la denuncia implacable en la prensa...


Y, en última instancia, a los pringadillos de a pie nos queda el voto. Pero un voto informado, exigente y crítico, basado en lo QUE SE HA HECHO. No un voto basado en quienes son "los míos" o en "todos son iguales".