
En el caso que me ocupa hoy, paso de mi pasmo habitual al cabreo más absoluto.
Como ustedes sin duda ya saben, el juez Garzón ha sido condenado UNÁNIMEMENTE por el Tribunal Supremo por prevaricar en el caso de las escuchas a la trama Gurtel.
Al parecer, según las declaraciones de jueces que he oído, la sentencia está extraordinariamente fundamentada y basada tanto en las leyes vigentes como en la jurisprudencia.
Era un caso bastante claro. Garzón se saltó a sabiendas los derechos fundamentales de unos procesados sin tener motivos legales para ello.
Pero lo que me pasma, alucina y cabrea son las declaraciones de algunos líderes políticos cuestionando la sentencia. Lean algunas declaraciones por ejemplo de Cayo Lara de IU:
"Es un día triste para la justicia española y para los demócratas, porque la justicia se ha quitado la venda de los ojos"[...]
"Vamos a tener dificultades para explicarles a nuestro hijos que los buenos fueron condenados y los malos no se han sentado en el banquillo"[...]
"no tiene por qué sentar precedente" con respecto a las causas pendientes, con respecto a la que ha dicho confiar en que "no sigan el mismo camino. Ello no quita la injusticia que desde nuestro punto de vista se ha producido"
No he encontrado las declaraciones completas pero las he oído por la radio y les aseguro que eran durísimas y a mi me dio la impresión de que estaba poniendo en cuestión la integridad e imparcialidad del Tribunal Supremo y de toda la Justicia española.
Pero lean otras declaraciones de líderes de IU.
Gaspar Llamazares, ha calificado la sentencia de "injusticia monstruosa" que ni respeta ni acata. (Ahí, ahí, con dos cojones).
"Es un linchamiento y un escándalo" ha escrito en Twiter.
Otro diputado de IU, el valenciano Ricardo Sixto, apunta en la misma red social: "Suprema injusticia. Suprema ignominia. Suprema estulticia. Suprema ceguera. Suprema barbaridad".
Y yo me pregunto, ¿pueden los políticos, representantes del pueblo, permitirse criticar de manera tan brutal una decisión judicial? ¿Dónde queda la separación de poderes? ¿Dónde queda el respeto y el acatamiento debido a las sentencias judiciales?
Se está prácticamente acusando alegremente a los jueces del Tribunal Supremo de prevaricar, es decir, de tomar una decisión injusta a sabiendas de que es injusta. Esto así, sin pruebas ni una denuncia formal, es simplemente una calumnia. Un atentado contra el honor de los jueces como personas y a una de las instituciones más importantes y fundamentales del Estado de derecho. Y es, por supuesto, poner en tela de juicio el propio fundamento de este Estado de Derecho, que es el respeto a las leyes por parte de TODOS (sean de los nuestros o de los otros). ¿O que querían, que como Garzón “mola” se hiciera la vista gorda a las evidentes ilegalidades (según la sentencia) que ha cometido? Nótese que no están está poniendo en cuestión la validez jurídica de la sentencia. No critican puntos concretos con argumentos legales. Al parecer simplemente querían la absolución no basándose en la legalidad sino “por ser vos quien sois”. Impresentable.
Para terminar me gustaría comentar lo de los “buenos condenados” y los “malos que no se han sentado en el banquillo”.
¿Qué es esta distinción entre “buenos” y “malos”? ¿Se puede ser más infantil?
A ver, señor Lara, aquí no se trata de buenos y malos. No se trata de que Garzón sea buena o mala persona (¿cómo se define eso jurídicamente?), ni tampoco de que las causas que perseguía nos sean más o menos simpáticas. Aquí se trata de si el señor Garzón se ha saltado las leyes o no. Punto. Y encima unas leyes que protegen los derechos fundamentales de los imputados (nos caigan mejor o peor tienen derechos. Es la base del sistema democrático y de derecho)
Si usted, señor Lara (y otros), es incapaz de entender esto, creo que no está capacitado para dirigir un partido político que se dice democrático.
P.D: Y que conste que no me alegro PARA NADA de la condena a Garzón. Que se declare culpable a un juez de la Audiencia Nacional, no es una buena noticia PARA NADIE, por mucho que algunos estén encantados y brinden con champagne. Hubiera preferido que se hubiera demostrado que era inocente o que al menos se trataba de un error del propio Garzón. Pero para TODOS lo jueces del supremo (recuerden la unanimidad) no hay ninguna duda: se saltó la ley a sabiendas de que lo hacía. Repito, una mala noticia.