lunes, 6 de febrero de 2012

Pasmo nº 82: Esos malísimos mercados (y van 3)

Este fin de semana he tenido una instructiva charla (más para mi que para él, seguramente) con un chaval de veintitantos años. Un tipo inteligente, sin duda, pero para mi gusto demasiado ideologizado hacia la izquierda y con mucha vida por vivir.

La cosa empezó con los malísimos mercados. Culpables de la crisis, del déficit y de los enormes intereses que España ha estado pagando por su deuda.

Al parecer, poco a poco mi contertulio se fue convenciendo de que los problemas de las Administraciones Públicas no los han ocasionado (o al menos no totalmente) “los mercados” sino los políticos derrochones que nos han endeudado para hacer chorradas (los ejemplos son innumerables). Y si pagamos un alto interés por endeudarnos no es tampoco culpa de “los mercados” que son malosos y no nos quieren prestar más barato. Los mercados compran deuda barata a los que creen que la van a devolver seguro y más cara a aquellos que son menos de fiar.

No hay aquí maldad, sino una fría y despiadada lógica como la de una apisonadora, que si no te quitas de en medio te aplasta.

Bien, quedamos en que los políticos son los que han tomado decisiones que nos han dejado con el culo al aire ante los mercados financieros.

Pero no se crean ustedes que la cosa iba a quedar allí en nuestra charla. Los mercados no se iban a ir de rositas tan fácilmente.

Al final, resulta que los políticos no son los responsables de sus erróneas decisiones. Hay alguien por encima de ellos que maneja los hilos. ¿Adivinan quién? SIIIIIII. ¡Los mercados! Las grandes empresas, EL CAPITAL, vamos.

Parece hoy en día que por parte de algunos sectores hay una ganas tremendas de desviar la responsabilidad a entes abstractos o difíciles de aprehender. Pero yo no soy de los que sueltan fácilmente una vez he mordido y seguía a lo mío: -Bueno, pero en todo caso los políticos han sido sobornados o engañados o comprados.... Al final los políticos tienen responsabilidad...

Mi contertulio lo admitía pero como a desgana. El malo que mola son los mercados, EL CAPITAL.

Miren ustedes, yo no lo sé. Por principio soy contrario a las teorías conspiranoicas. Creo más en la estupidez que en la maldad ultraplanificada.

Yo no sé seguro cuál es la razón (o razones) que han llevado a muchísimos políticos españoles a malgastar el dinero como lo han hecho. Pueden haber sido, efectivamente, comprados por grandes empresas, o engañados, o pueden tener un ego tres tallas grandes que les lleve al “faraonismo”, o simplemente pueden ser imbéciles o que el cargo les venga grande (recuerden el principio de Peter).

Cada político tendrá sus razones para haber hecho lo que han hecho, lo que si tengo claro es que ellos han puesto la firma y A ELLOS hay que pedirles cuentas. En los juzgados a unos y en las urnas a otros. Pero tenemos que quitarnos de en medio a esa clase política.

Los que creen que los malos (o los únicos y principales malos) son los mercados creen que da igual qué políticos manden. Sólo son marionetas bajo poderes que sólo se pueden combatir destruyendo el sistema desde sus cimientos.¡LA REVOLUCIÓN!

Yo no lo creo así. Creo que otra forma de hacer política es posible, pero no votando, o votando siempre a los mismos hagan lo que hagan no la vamos a conseguir.

Ah, y recuerden que las revoluciones siempre tienen dos partes:

La primera (la fácil) que es destruir el sistema antiguo.

La segunda (la difícil) que es construir un sistema nuevo que funcione mejor (o al menos no horriblemente peor) que el anterior.

Más sobre esto mismo AQUÍ

3 comentarios:

  1. Hola Alejandro:

    Quisiera en primer lugar agradecer tus elogios ya que, como el fin de semana anterior a la fecha de publicación mantuvimos una conversación idéntica a la que describes, y como además soy un joven de veintitantos, pues me siento bastante aludido.
    Por otro lado, dudo un poco, puesto que esa imagen tópica de joven izquierdista amante de la revolución armada, no se corresponde para nada con lo que soy yo.
    Pero, en fin, asumiendo que, esa es la imagen que doy a priori, me la juego y salto en mi defensa no sin antes añadir que para mi la charla fue igualmente instructiva y amena, como lo son siempre.

    Comenzaré hablando sobre la maldad.
    Es evidente que existe una maldad, que hay decisiones que sumergen a países en asfixiantes deudas y que por consiguiente pueden hacer sufrir a mucha gente (paro, recortes...). El sufrimiento es malo.
    Y no es difícil encontrar (gran) maldad en aquel que se aprovecha de unas decisiones políticas para obtener (gran) beneficio económico sabiendo que aquello supondrá el sufrimiento de miles de personas. Además hay que recalcar que, esto es así sea cual sea la naturaleza de dicha decisión: sea intencionada, por mera estupidez o por "faraonismo".
    Pero todo esto no sería del todo cierto si el sufrimiento fuera a ser causado de igual manera aunque el benefactor rechazase la oferta. Es decir, que el benefactor se aprovechase de una situación que no dependiera de su decisión.

    Bien, resulta que el sufrimiento de las personas viene creado por el derroche firmado por los políticos. Es decir, tiran el dinero.
    Pero convendrás conmigo en que no hay ningún político que se dedique a ir tirando billetes a los contenedores de reciclaje. Como mucho los meten en bolsas de basura pero no los llegan a tirar. Todo lo contrario, se los dan a otro para que le construya unas "bonitas" pirámides. Es decir, todos los derroches que conllevan sufrimiento conllevan a su vez un beneficio económico para otra persona. Pero es que tal sufrimiento no se llevaría a cabo de no darse tal beneficio, esto es, si el benefactor rechazase la oferta. Si el negrero se negase a dar latigazos sabiendo que será castigado por el faraón, diríamos de él que es un buen hombre (incluso un héroe), porque su decisión evitaría el sufrimiento de otros. Ahora bien, si por el contrario se diera el caso en el cual el faraón permitiera a nuestro negrero elegir, sin duda lo tacharíamos de malvado en caso de aceptar el trabajo (fuera cual fuere la cuantía del salario). Si ningún negrero hubiera aceptado el trabajo, no se hubieran construido las pirámides y mucha gente se hubiera ahorrado morir construyéndolas. Así, la construcción de las pirámides implicó maldad, y no sólo la del farón, si no la de los negreros (o en su defecto la de los soldados que hubieran matado al negrero en caso de negarse).
    Por tanto hallaremos maldad siempre que haya una decisión política que implique derroche económico. Más aún, si la decisión fuera tomada por un político estúpido al que engañan, toda la maldad sería atribuible al benefactor ya que, además, es estafador.

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  2. Entremos ahora en la cuestión de la responsabilidad.
    Me ha gustado tu metáfora sobre el capitalismo materializado en apisonadora, es bastante gráfica. Así que haré uso de ella con tu permiso. Esta apisonadora es una máquina con un enorme poder destructivo. Cualquiera que haga un mal uso de ella (malo porque no sepa conducir o malo porque lo haga con maldad) puede aplastar a mucha gente. Por otra parte un conductor cualificado, que no quiera atropellar a nadie, porque si no su jefe lo despide, puede conducir la apisonadora de una forma segura. Y además, si es honrado y fiel a su jefe, no se dejará sobornar por nadie que le pague para que atropelle a gente. Por tanto, un conductor (presidente) puede hacer caso a su jefe (el pueblo) y usar bien el volante (leyes) para conducir la apisonadora (capitalismo) de una forma segura.
    Verás que no identifico a la apisonadora como un instrumento esencialmente malo, sino como un instrumento sin más. Un instrumento con el que, si se quiere, se puede hacer mucho mal. Donde yo identifico el mal es en aquellas personas que se benefician de un mal uso de ella, no sólo en el conductor. Personas, no entes abstractos ni mucho menos. Personas con nombres y apellidos fácilmente identificables. Personas que mantienen reuniones a puerta cerrada con el conductor ante los ojos atónitos de su jefe. Y la pregunta del millón: ¿por qué su jefe no hace nada?

    A partir de ahora entramos en nuestro punto en común.
    El verdadero responsable de toda esta historia es el jefe, por no despedir al conductor y por no contratar a uno que no mantenga reuniones secretas con gente de dudosa fe y de paso que no atropelle gente. ¡Eso es! Nosotros somos responsables. Por votarles, o por no ser capaces de hacer ver a los que les votan de la calamidad a la que nos arrastrando. Necesitamos un conductor que deje de conceder privilegios aunos pocos atropellando a muchos.

    A estas alturas deberías darte cuenta del error que cometes cuando me incluyes en el saco de los que piensan que la solución viene por entrar en el parlamento con antorchas, en plan masa enfurecida, y prender fuego a todo. No pienso que, como los actuales políticos nos engañan, no haya solución política. Todo lo contrario, verás en mí una persona bastante comprometida con las ideas de democracia y estado de derecho (yo voto).
    Ahora bien, la principal tesis de mi argumentación se basa en demostrar en qué si por algún casual nos deciriéramos a votar a yo que sé qué partido, con un programa electoral dispuesto a conducir la apisonadora de forma segura (suprimiendo muchos privilegios) y, además, cumpliera su promesa, lo que ocurriría es que una intervención violenta daría al traste con todo, demostrando así que esas cosas, como la democracia y el estado de derecho, no eran más que espejismos. Que creíamos que podíamos elegir democráticamente nuestro destino, cuando en realidad lo único que podíamos elegir eran conductores negligentes.

    Bueno que me he pasao ya, defenderé con gusto mi argumento en el próximo capítulo.
    Héctor

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  3. Estimado aludido:

    No sé si entiendo bien lo que pareces insinuar en la primera parte:

    Imaginemos que yo dirijo una empresa de construcción y un buen día el alcalde de Zaragoza me dice que quiere contruir una pirámide (o torre del agua o pabellón puente). ¿Me quieres decir que yo, constructor, debería examinar las cuentas de la ciudad y, en su caso, decirle al alcalde: mire usted señor Bellocq, no puedo hacer esta obra porque es inútil para la ciudad y además dejaría las arcas públicas para el arrastre? ¿De verdad crees que esa es una responsabilidad del empresario? ¿O te he entendido mal?

    Estamos de acuerdo en que si tuviéramos:

    1.Unas leyes que regularan y castigaran severamente los despilfarros "dolosos" y que limitaran la capacidad de los políticos de hacer el imbécil.

    2. Un pueblo exigente e informado que castigara de forma inmediata y contundente en las urnas a los políticos corruptos, incompetentes, "faraónicos"...

    Las cosas irían mucho mejor.

    Pero aquí llega tu pesimismo final. Planteas que eso es poco menos que imposible (lo cual lleva indefectiblemente al pensamiento de las masas enfurecidas y todo eso, como comprenderás), que es imposible elegir a políticos honrados y eficaces porque entidades superiores lo impedirían.

    Pues estoy de acuerdo sólo a medias. Es cierto que hay presiones y manipulaciones, es cierto que eso que dices ha ocurrido en numerosas ocasiones en paises sudamericanos y africanos. Un líder positivo para el pueblo o que simplemente "no convenía" eliminado a lo bestia aunque normalemente no por esas entidades superiores sino directamente por los políticos (volvemos a los mismos) de otros paises (normalmente EEUU) ¿había alguien detrás de esos políticos? De nuevo no lo sabemos, podemos imaginarlo, pero lo cierto es que los políticos eran los que SI estaban.

    Todo eso es cierto, pero dentro de las imperfecciones indudables y de que el sistema tiene muchos fallos, vemos que hay grados de "imperfección"; que las cosas se pueden hacer de otra manera. En Alemania nada menos que el Presidente acaba de dimitir por sospechas de corrupción (¿te imaginas eso en España?). En España tenemos el doble de aeropuertos que Alemania con casi la mitad de habitantes, tenemos más lineas de AVE que cualquier otro pais del mundo exceptuando China, tenemos la tasa de paro más alta de toda la UE...

    Eso quiere decir que el derroche y el despilfarro de recursos públicos y las politicas erróneas con "maldad" incluida o no son más acentuadas en España que en otros paises. Luego hay margen para mejorar. Mucho.

    Y sinceramente dudo que en España esos "poderes", mercados o como les quieras llamar sean tan poderosos como para ahora mismo derrocar mediante "intevenciones violentas" a un hipotético gobierno honrado. ¿En medio de Europa, siendo de la OTAN, etc...? En otros tiempos era posible, hoy en día no lo creo.

    Lo que pasa es que tengo amigos que el único comentario político que han publicado en su vida en el FACEBOOK ha sido referente a Garzón y los muertos del franquismo. Al parecer ese es el ÚNICO problema político que les preocupa lo suficiente para manifestarse al respecto. Lo que pasa es que cuando hablas con ese amigo de política demuestra un profundo desconocimiento de todos los temas de actualidad. Sólo sabe cuatro eslóganes y cuatro lugares comunes pero en el fondo desconoce lo que dicen y hacen DE VERDAD los partidos. Lo que pasa es que cuando le preguntaron a un señor de un pueblo aragonés (no me acuerdo del nombre) que qué opinaba de tener una estación de AVE que utilizaban al día sólo tres personas dijo " Si señor, con dos cojones" todo orgulloso...

    Esa es, en gran parte, la base del problema...

    Bueno y eso, gracias por comentar. Me encantaría que comentaras en otros posts. Las opiniones inteligentes y bien expresadas, aunque sean discrepantes, son siempre bienvenidas.

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